Domingo 27-5 14 Hs. Plaza Moreno. La Plata
Miles de voces se unen a la de la Campaña Nacional por el Derecho
al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Lo vemos cuando salimos a la
calle a acompañar, y tímidamente pedimos, por ejemplo, a las personas que pasan
que participen con su firma.
Cada vez que las compañeras de la Campaña (y sí, en este
caso a mancarse el femenino como genérico) invitan a ser parte de alguna
actividad, vuelvo a casa conmovida.
Por las intervenciones, por mis
compañeras…
Una vez – el año pasado – por una
abuela que pasaba por la esquina donde estábamos con su nieta de 10 años, y se
detuvo para que ella escuchara por qué la legalización del aborto era tan
trascendente para todas nosotras.
El amor y el compromiso en su estado
más puro y más desinteresado se ven en esas ocasiones.
En las que nos juntamos todas las
mujeres organizadas y desorganizadas: las que tenemos militancia también en
algún partido u organización social y las que no. Nos queremos. Nos respetamos.
Y eso asusta.
Dice Liliana Felipe “Nos tienen
miedo porque no tenemos miedo”.
No tenemos miedo de lo que genera
hacia adentro de nuestras organizaciones que nos juntemos “con las otras”. Para
nosotras, no existe un “las otras”.
Menudo ejemplo, inconveniente, de
cómo se avanza si – en los temas en que estamos de acuerdo – unificamos la
lucha.
Y nuestra lucha en tanto mujeres
consiste en recuperar la soberanía de nuestros cuerpos.
Hacerlos dejar ese lugar de
territorio de disputa de poderes, de saberes, de mandatos.
Lograr ese espacio íntimo de
decisión mediante una lucha colectiva. Para que cada mujer pueda – en igualdad
de condiciones – decidir cómo y cuándo reproducirse.
Queremos que ninguna mujer viva
su potencial reproductivo como una condena.
Que ninguna vea la posibilidad de
quedar embarazada como un eslabón más en la cadena de violencias que nos
cruzan.
No tener que recurrir a
denuncias, a pedir autorizaciones, a que se pueda poner en duda nuestra
palabra.
Queremos que se nos escuche, que
nadie se atreva a gritarnos asesinas, que no se les ocurra decir que es un tema
complejo y delicado.
Muchos temas son más complejos,
más delicados, y - sin embargo – las decisiones no se demoran tanto.
Muchos problemas sociales
involucran asumir posturas que podrían parecerse a las que se argumentan en
torno al aborto: la Ley
de Muerte Digna, sin ir más lejos.
Pero no causan tanto revuelo, ni
tanto rechazo irreflexivo.
Exigimos para nosotras el mismo
respeto en la toma de decisiones.
Sólo eso.
Y si eso cuesta tanto, sería momento
de que nos digan – en voz alta y con sinceridad – del modo en que nosotras
hacemos nuestros reclamos, qué es lo que pierden en realidad si pierden el
control de nuestros cuerpos.
1 comentario:
Perfecto, contundente. Me resulta mucho más dolorosa esa violencia cuando viene de otras mujeres.
Deberías poner algún link para poder compartir lo que escribís.
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