martes, 18 de marzo de 2008

La Cultura del Terror /3 por Eduardo Galeano.


Sobre la niña ejemplar:

Una niña juega con dos muñecas y las regaña para que se queden quietas. Ella también parece una muñeca, por lo linda y buena que es y porque a nadie molesta.

(Del libro Adelante, de J.H. Figueira, que fue texto de enseñanza en las escuelas del Uruguay hasta hace pocos años.)


Eduardo Galeano, El libro de los Abrazos.

Simone de Beauvoir.

Simone de Beauvoir (París, 8 de enero de 1908 - 14 de abril de 1986) novelista francesa, filósofa existencialista y feminista.

Nacida en una familia burguesa, Simone de Beauvoir fue educada según la sólida moral cristiana vigente en la época. Cuenta en sus memorias la fuerte impresión que le causó, en su juventud, descubrir el ocaso de la religión: dejar de creer en Dios era asumirse plenamente responsable de su propias elecciones. En 1929, después de conocer a Jean Paul Sartre en la Sorbona, donde ambos estudiaban filosofía, se unió estrechamente al filósofo y su círculo (entre los que se encontraba Paul Nizan, autor de Aden-Arabia). Con el tiempo, crearon entre ambos una relación que les permitía compatibilizar su libertad individual con la vida en conjunto.

Simone de Beauvoir fue profesora de filosofía hasta 1943 en escuelas de diferentes lugares de Francia, hasta que la ocupación alemana en París, a causa de la Segunda Guerra Mundial, la alejó para siempre de la enseñanza. Durante ese periodo vivió en la ciudad tomada, e integró el movimiento de la Resistencia Francesa. En su primera novela, La invitada (1943), exploró los dilemas existencialistas de la libertad, la acción y la responsabilidad individual, temas que aborda igualmente en novelas posteriores como La sagre de los otros (1944) y Los mandarines (1954), novela por la que recibió el Premio Goncourt; la cual se considera la más importante de todas sus obras.

Las tesis existencialistas, según las cuales cada uno es responsable de sí mismo, se introducen también en una serie de obras autobiográficas, cuatro en total, entre las que destacan Memorias de una joven de buena familia (también conocida como Memorias de una joven formal) (1958) y Final de cuentas (1972). Sus obras ofrecen una visión sumamente reveladora de su vida y su tiempo. Entre sus ensayos escritos cabe destacar El segundo sexo (1949), un profundo análisis sobre el papel de las mujeres en la sociedad y la construcción del rol y la figura de la mujer; La vejez (1970), centrada en la situación de la ancianidad en el imaginario occidental y en donde critica apasionadamente la marginación y el ocultamiento, y La ceremonia del adiós (1981), polémica obra que evoca la figura de su compañero de vida, Jean Paul Sartre.


sábado, 15 de marzo de 2008

Estado Genocida Vol I y Vol II.

Estado Genocida Vol. I.

Nos impusieron una forma de ver las cosas, esa minúscula oligarquía vestida de verde, bajo la nunca respetada excusa de defender a la patria, nos condenó a una historia de penurias y terror.

Sí, los militares, ese pequeño grupo que a mi juicio nunca llegó a comprender el término “nacionalismo”, y que para colmo, siempre se creyó dueño de la verdad, dio por tierra con un gobierno democrático y popular (vocablo este último temido por los ejércitos latinoamericanos), que, pese a sus falencias, seguía adelante con un modelo de Estado que atendía las necesidades del pueblo, y que acudía al auxilio de los desamparados, para instaurar el nunca bien ponderado modelo neoliberal, que para que todos comprendan, vendría a ser algo así como el sálvese quien pueda.

Como si esto fuera poco, y para seguir enumerando algunas cuestiones, estos nefastos seres, nos instruyeron en la cultura del pánico, del no te metas, del de eso no se habla… llegando al súmmum de su “obra maestra” con la desaparición de toda una clase política que, sin duda alguna, tomaría las riendas de nuestro país, dejando literalmente yerma la clase dirigencial.

Esta pequeña reseña, escueta, nos debe llevar a reflexionar, a recordar, pero no sólo con fines conmemorativos.

El 24 de marzo, no es una fecha más; no es un día en que todas la Organizaciones de Derechos Humanos salen a la calle a pedir justicia, mientras el resto de la población se aboca a programar alguna salida para el fin de semana largo. Esa fecha, junto con los hechos que tuvieron lugar en el período antes mencionado, deben oficiar de disparadores, es decir, el recuerdo, tiene que ser utilizado como una herramienta para el futuro, para no volver a caer en lo que sin duda alguna, fue un Estado Genocida.


Estado Genocida Vol. II.

No por ya por acción, sino por omisión, el Estado nacional se sigue cobrando la vida de millones de personas. La instauración de un modelo económico-político arrasador, que beneficia a los que más tienen y abandona literalmente a aquellos que no alcanzan un cierto status, deja a cada vez más cantidad de personas fuera de la trama social. Sus efectos, lamentablemente, no son tan inmediatos como antaño, ya no son grupos pertenecientes al gobierno los que salen a acribillar con una ametralladora a los ciudadanos. Igualmente, y pese a su mediatez (sostengo que es lamentable que sus efectos no sean inmediatos, pues esta parecería ser, en la mayoría de los casos, la única forma de que la población tome consciencia), sus efectos son cada vez más palpables (polarización social, violencia, inseguridad, etc.).

Pienso que es hora de exigir como ciudadanos, una respuesta más activa por parte de quienes han sido elegidos por el voto popular, y que, evidentemente, no sólo no toman cartas en el asunto (cuando digo esto no me refiero a la implementación de “políticas parche” sino a apuntar a un modelo de país más inclusivo), sino que son serviles a los minúsculos grupos que detentan el poder. Es éste el momento, en vísperas de la conmemoración de una de las fechas más duras de nuestra historia, de que nuestros representantes refloten los ideales de aquellos valientes hombres y mujeres, que dejaron la vida en pos de sus ideas, ni más ni menos que para dejar de ser, un Estado Genocida.


Jerónimo Guerrero Iraola


martes, 11 de marzo de 2008

Día Internacional de la Mujer.

Resulta tenebroso recorrer los actos –festejos o celebraciones como rezan las invitaciones recibidas- para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. En nuestra ciudad, me dediqué a ver de qué se trataban el acto convocado por la Universidad Católica y el convocado por el Consejo Municipal de la Mujer.

Si bien mostraron rasgos comunes - en ningún caso se habló de la masacre que dejó instaurada la fecha, ni de que aquellas situaciones laborales de desigualdad siguen vigentes en el mundo; se omitió prolijamente decir que los pobres del mundo somos en un 80% mujeres, y otros detalles por el estilo- el carácter panfletario y patético de ambos acontecimientos merece un análisis separado.

En la UCALP habló una Doctora en filosofía cuyo esencialismo biológico demuestra que aún no se ha percatado del peso de la cultura en el devenir de la humanidad. Habla de la diferencia sexual estrictamente desde lo biológico como un don (recibido ya saben por parte de quien), y al que hay que honrar aceptando con estoicismo y alegría la desigualdad que nos proporciona a las mujeres (que para la señora, por supuesto, somos “la mujer”).

Según ella, la no aceptación del don divino es la que ha venido a traer confusión al mundo. Si, chicas, de eso también somos culpables!!

Pero no todo su discurso es tan claramente a favor del sometimiento, y allí es donde debemos estar alertas. Cuando analiza los discursos sostenidos por las revistas “femeninas”, habla de un modo en el que, si no estamos bien atentas, podemos estar de acuerdo. Habla de la construcción de la feminidad que proponen estas publicaciones alentándonos a las mujeres a ser objetos de consumo y brindadoras de placer para otros. Pero hay que dejar fluir un rato su esquema de razonamiento para advertir que, en realidad, no nos insta a ser libres y buscar la consecución de nuestro propio placer, sino a no ser individualistas y encontrar placer cuidando y apoyando a otros que, según ella, es lo que nos hace “diferentes” de los varones.

No más que contar…

Lo del Consejo Municipal de la Mujer preocupa a mayor escala. Es el Estado en forma directa ignorando los motivos de creación de estos consejos el que los transforma en antros de mujeres que, sin ningún tipo de preparación ni postura política frente al tema, se largan a hablar de lo que ignoran y a hacer “lo que les parece”.

No voy a detenerme a comentar los estereotipos de feminidad exacerbados por los organizadores del acto – mucho rosita, mucha música romanticona, mucha flor – porque parecemos condenadas a que se nos honre de ese modo. Si me detendré en el discurso de su Presidenta, la Doctora (según sé sólo es odontóloga) Marcela Pastore.

Comienza refiriéndose al público presente como “chicas y chicos”, llenos de energía y positivismo (¿no habrá querido decir “actitud positiva”? ¿Sabrá que el positivismo es una corriente filosófica?). Hasta aquí, nada que nos marque su postura política frente al área que le fue asignada. Pero empiecen a desesperarse…porque sólo habló de acompañar una gestión (de un hombre); de trabajar codo a codo con…los hombres; de atender a las víctimas de una violencia que se empeña en denominar como familiar o doméstica incluyendo la atención a hombres víctimas de tal situación… En fin… ni siquiera el uso de los términos nos da esperanzas a las mujeres de contar con un ámbito propio donde poder discutir políticas públicas con seriedad.

Mujeres platenses… estamos retrocediendo y dejando que marionetas de los diversos poderes hablen en nuestro nombre. Las convoco a estar en estado de alerta y movilización.

Delia Añón Suárez- Especialista en Estudios de las Mujeres y de Género. UNLU.