jueves, 18 de noviembre de 2010

Alerta mujeres. La historia continúa.

Lamentablemente no todas las voces gozamos de igualdad de oportunidades al momento de expresarnos. Hace sólo una semana, en un ensayo quise alertar a las mujeres ante un rebrote de misoginia. Un recrudecer que no sucede “de casualidad”, no es ingenuo ni inesperado.
Si en algo coincidimos la inmensa mayoría de las feministas es en nuestra lucha contra todos los sistemas de dominación: el capitalismo en su versión salvaje actual en lo político-económico, y en el precedente patriarcado en lo político-cultural.
Las que tratamos de teorizar acerca de la situación real de las mujeres en el mundo y los posibles cambios hacia la igualdad sabemos que inexorablemente debemos dar pelea contra ambos sistemas.
La realidad argentina nos pone, en este caso sí “de casualidad” ante una situación de ataque a dos frentes. El modelo económico instaurado por Néstor Kirchner y profundizado por la Presidenta Cristina Fernández – que dista de ser un modelo de extrema izquierda, pero sí a todas luces intenta achicar las brechas sociales, molesta a los poderes de larga injerencia en la escena nacional.
Coincido con los que opinan que la molestia deviene más de cuestiones simbólicas que de políticas económicas concretas que los perjudiquen: “el campo” gana como nunca y no hay señales de querer llevar adelante la reforma agraria; la iglesia se debe fumar la posibilidad de que las divergencias sexuales se visibilicen pero sigue siendo sostenida económicamente por el Estado; las fuerzas armadas deben soportar que se juzgue a los miembros que cometieron delitos o que se descuelguen los cuadros de aquellos que asaltaron el poder ejecutivo en algún momento de la historia, pero pueden marchar entre los demás ciudadanos siendo respetados en una fiesta popular.
Los empresarios están percibiendo pingues ganancias merced a políticas que no paran de aumentar el consumo interno, aunque pese a ello, se muestran siempre “preocupados” por la reorganización de los sindicatos o por las protestas sociales que tratan de poner coto a su proverbial avaricia.
No es poca cosa para transformar un país que lleva más de treinta años de neoliberalismo a rajatabla, y de renuncia a la independencia económica, a la soberanía política y a la justicia social.
Y yo hablaba de un “ataque a dos frentes” porque todo este cambio viene a encarnarse en lo que los poderes hegemónicos consideran “otro”. El cambio quedó encarnado en una mujer. Demasiado para que se nos presente así, todo junto. Los “enemigos” que focaliza el poder son, entonces, este Neo- Keynesianismo y las mujeres, ya que apuntan al corazón del capitalismo y al patriarcado respectivamente.
El stablishment, entonces, elige una vocera. Mujer. Que no hace mucho presagiaba que a la Presidenta la presionarían para intentar torcer el rumbo económico mediante el tratamiento de la Ley de Presupuesto 2011.
Para cumplir con lo anunciado, la Diputada Carrió monta lo que hoy resulta una obvia operación política para impedir su tratamiento. Curiosamente, todas las personas que selecciona como actores de reparto, son mujeres. Patéticas mujeres que operan tanto para desprestigiar la política y lo político - tal como necesita imperiosamente el ejército de reserva neoliberal - como en desprestigiar a nuestro sexo – que está peligrosamente bien visto a través del accionar público de nuestra Presidenta.
Carrió, ayudada por otra obediente inescrupulosa como Patricia Bullrich, seleccionan como actrices de reparto invitadas a dos impresentables: Cynthia Hotton y Elsa Álvarez. Dos personas que no pueden sostener sus denuncias más que con un lamentable “me sentí perturbada” que refuerza el estereotipo de género que nos ubica a las mujeres en el lugar de “emocionalmente inestables”. Dos zonzas que hablan de sus sentimientos “me sentí presionada” en un ámbito público en el que se transformarán en el hazmerreír de toda una sociedad. La oposición, al darse cuenta de la poca habilidad de estas dos mujeres para esgrimir una postura, o sostener lo que habían denunciado, debe recurrir a sentar a Álvarez al lado de la perversa Silvana Giudici para que conteste en forma un poco más consistente a los periodistas. No se puede hacer hablar a Chirolita si no está Chascan a mano.
Muy lamentable.
Como actriz invitada de “mala” eligen a la Diputada Patricia Fadel – a la sazón otra mujer – a quien por suerte le sobran recursos y experiencia política para desautorizar por completo lo esgrimido por Hotton.
Ya a estas alturas, también quiero reivindicar el accionar político de otras dos congéneres: las Diputadas Laura Alonso y Margarita Stolbizer quienes dieron cátedra de cómo se trabaja en el Congreso Nacional. Explicaron con paciencia y contundencia que dialogar no es sinónimo de transar. Y que no se puede siendo Legislador Nacional denunciar irresponsablemente porque a “una le parece”, porque “sintió”, o estuvo “ perturbada”.
La vergonzosa operación puesta en escena cierra con un cuadro de pugilato que también viene como anillo al dedo para el poder: mujer, y esposa de sindicalista demonizado. Cierra por todos lados. Debo reconocer la habilidad y poca hombría de bien (perdón, no existe el femenino del concepto) de la Carrió y la Bullrich: saben con exactitud a quién poner a hacer cada cosa.
La trompada cierra la idea que se trató de construir: el ámbito de discusión política es un mamarracho, un conventillo donde se “chusmea” sin sustento. Las mujeres somos desequilibradas, muchas veces por sobre todo “esposas de”, capaces de poner a los varones en situación de víctimas de violencia física a la que ellos – pobres – no pueden responder.
Un gran asco. En lo personal un día para sentir vergüenza ajena, y también puestas en riesgo mis públicas luchas por reivindicar la política y la participación de las mujeres.
Sigamos en alerta, porque no se trata de un hecho aislado. Pocos días hace que el monopolio mediático difundió los dichos de Hilda González de Duhalde después de “romper el silencio del duelo”. Poco hay para analizar de su discurso, en realidad hubiera resultado mejor prolongar ese silencio impuesto por su propio bien. Deja clarísimo esta mujer que tiene una absoluta incapacidad a la hora de leer la realidad. Pero “el poder” deja claro que ahora que el destino de la patria está en manos de una mujer, sus voceros no se piensan exponer a la situación de debatir con alguien a quien no consideran par. Mandan a “sus mujeres”. Ellas se prestan, y pasan papelones.
Por fortuna atravesamos un momento en el que estas movidas son interpretadas por un pueblo que está alerta y despabilado.
Estemos despabiladas nosotras, las mujeres también, para comprender que estas operaciones no van sólo en contra del modelo económico. También vienen por nosotras.

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