miércoles, 3 de diciembre de 2008

Día de la Mujer.

Resulta tenebroso recorrer los actos –festejos o celebraciones como rezan las invitaciones recibidas- para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. En nuestra ciudad, me dediqué a ver de qué se trataban el acto convocado por la Universidad Católica y el convocado por el Consejo Municipal de la Mujer.
Si bien mostraron rasgos comunes - en ningún caso se habló de la masacre que dejó instaurada la fecha, ni de que aquellas situaciones laborales de desigualdad siguen vigentes en el mundo; se omitió prolijamente decir que los pobres del mundo somos en un 80% mujeres, y otros detalles por el estilo- el carácter panfletario y patético de ambos acontecimientos merece un análisis separado.
En la UCALP habló una Doctora en filosofía cuyo esencialismo biológico demuestra que aún no se ha percatado del peso de la cultura en el devenir de la humanidad. Habla de la diferencia sexual estrictamente desde lo biológico como un don (recibido ya saben por parte de quien), y al que hay que honrar aceptando con estoicismo y alegría la desigualdad que nos proporciona a las mujeres (que para la señora, por supuesto, somos “la mujer”).
Según ella, la no aceptación del don divino es la que ha venido a traer confusión al mundo. Si, chicas, de eso también somos culpables!!
Pero no todo su discurso es tan claramente a favor del sometimiento, y allí es donde debemos estar alertas. Cuando analiza los discursos sostenidos por las revistas “femeninas”, habla de un modo en el que, si no estamos bien atentas, podemos estar de acuerdo. Habla de la construcción de la feminidad que proponen estas publicaciones alentándonos a las mujeres a ser objetos de consumo y brindadoras de placer para otros. Pero hay que dejar fluir un rato su esquema de razonamiento para advertir que, en realidad, no nos insta a ser libres y buscar la consecución de nuestro propio placer, sino a no ser individualistas y encontrar placer cuidando y apoyando a otros que, según ella, es lo que nos hace “diferentes” de los varones.
No más que contar…
Lo del Consejo Municipal de la Mujer preocupa a mayor escala. Es el Estado en forma directa ignorando los motivos de creación de estos consejos el que los transforma en antros de mujeres que, sin ningún tipo de preparación ni postura política frente al tema, se largan a hablar de lo que ignoran y a hacer “lo que les parece”.
No voy a detenerme a comentar los estereotipos de feminidad exacerbados por los organizadores del acto – mucho rosita, mucha música romanticona, mucha flor – porque parecemos condenadas a que se nos honre de ese modo. Si me detendré en el discurso de su Presidenta, la Doctora (según sé sólo es odontóloga) Marcela Pastore.
Comienza refiriéndose al público presente como “chicas y chicos”, llenos de energía y positivismo (¿no habrá querido decir “actitud positiva”? ¿Sabrá que el positivismo es una corriente filosófica?). Hasta aquí, nada que nos marque su postura política frente al área que le fue asignada. Pero empiecen a desesperarse…porque sólo habló de acompañar una gestión (de un hombre); de trabajar codo a codo con…los hombres; de atender a las víctimas de una violencia que se empeña en denominar como familiar o doméstica incluyendo la atención a hombres víctimas de tal situación… En fin… ni siquiera el uso de los términos nos da esperanzas a las mujeres de contar con un ámbito propio donde poder discutir políticas públicas con seriedad.
Mujeres platenses… estamos retrocediendo y dejando que marionetas de los diversos poderes hablen en nuestro nombre. Las convoco a estar en estado de alerta y movilización.

Delia Añón Suárez- Especialista en Estudios de las Mujeres y de Género. UNLU.

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