martes, 3 de mayo de 2011

La casa de Barreda


Con estridentes voces masculinas el pasado martes se realizó un acto en la puerta de la casa del homicida Barreda para repudiar la “violencia de género”. Violencia que para nosotras es violencia contra las mujeres. Fue bastante difundido por los mismos medios de comunicación que jamás cubrieron las marchas de los movimientos feministas y de mujeres que terminaban o pasaban por el lugar.
La invisibilización y el silenciamiento- tradicionales formas que adquiere la violencia contra nuestro sexo- dieron el presente. Podrán aducir que era porque de la foto debían ser parte sólo varones, pero intuyo que se debió a que la mayoría de los que participaron no tienen contacto con el movimiento de mujeres, al que nunca acompañaron. Por eso, las mujeres en movimiento consideramos que nuestra presencia sobraba. Tampoco acompañaron los Varones Antipatriarcales, eso que hace tiempo trabajan en sintonía y cooperación con todas nuestras expresiones.
¿Qué estará pasando que quienes permanentemente militamos estas cuestiones decidiéramos no estar presentes?
Sencillamente una vez más sentimos que algunos se quieren apropiar de luchas que no les son propias –y no me refiero al hecho de la diferencia biológica claro está.
Sucede que lo que está en juego es altamente político, y como siempre se considera que no puede quedar en manos de gentes que puedan interpelar seriamente al patriarcado. Algo así como “hay que hacer algo con el creciente número de muertas por estas causas, pero dentro de ciertos parámetros”.
Claros parámetros: lo que hay que hacer debe hacerlo el poder a través de todos sus estamentos y sin convocar a la militancia involucrada. Y las mujeres ser beneficiarias de lo que se hace en función de su condición de víctimas. Y de tuteladas. Patético.
Por las declaraciones que circularon durante el acto, nos enteramos de que ya pidió una ONG la expropiación de la casa para utilizarla para su obra dado el alto valor simbólico que la propiedad ha adquirido. Ahí comenzamos a entender el porqué de la exclusión de las mujeres organizadas que tal vez desearían discutir con qué fines se utilizaría el lugar. Nosotras no queremos que se transforme en un sitio donde las “víctimas” reciben “asistencia”. Lo soñamos como un lugar en el que las mujeres adquieren conciencia y emprenden su lucha por la igualdad de derechos. Altamente político, ya lo dije. Tal vez hasta subversivo les resulte.
Lo curioso es que pese a la gran cantidad de representantes de los diferentes poderes del estado, ni siquiera se esbozó la idea de que pase a ser gestionado por el sector público. Serán coletazos del neoliberalismo de los `90 con su fe puesta en el “tercer sector”.
Lo cierto es que las autoridades que se hicieron presentes están a tiempo de recapacitar si es que la invitación los tomó desprevenidos, y lo puntualizado producto de la casualidad. Están a tiempo de hacer una convocatoria seria a todas las agrupaciones que trabajan el tema y ofrecerles el lugar para que puedan desarrollar todas las estrategias que ya se han puesto en marcha hace mucho tiempo para lograr un verdadero cambio social.
Todavía están a tiempo de demostrar si su condena a la violencia machista es legítima o solamente se peinaron para la foto.

No hay comentarios: