martes, 9 de junio de 2009

La desfachatez al rojo vivo.


De Narváez, en conferencia de prensa, dice como si tal cosa que no se presentará a declarar ante la justicia porque el juez “no le gusta” y para hacerlo se escudará en sus fueros por un lado, mientras sus abogados pedirán que al juez en cuestión se lo retire de la causa.
Los periodistas que presentan cada cinco minutos la noticia, nada comentan al respecto.
Yo creo que si hay que comentar. Me parece sencillamente inadmisible que un legislador nacional obre de este modo. No quiero pensar las consecuencias que podría tener que los ciudadanos que no tenemos fueros siguiéramos su ejemplo y nos comportáramos acorde con los patrones de este señor.
Lo que hace, como poderoso que es, es decirnos a boca de jarro que a él no lo alcanzan los procedimientos habituales del estado ni sus controles, que no lo comprenden las generales de la ley. Y todos lo sabemos, pero escucharlo haciendo alarde de ello es demasiado.
En la misma línea de razonamiento que utiliza, puede dejar de pagar impuestos porque no le gusta como se invierten, pasar semáforos en rojo porque considera que la intersección dónde se ubican no es la que le agrada, tener sexo con menores porque sí le agrada, no concurrir a las sesiones de diputados porque le resultan aburridas, no sacar el registro de conductor porque sabe de alguien que lo compró entonces es inútil, comprar un título universitario porque la educación es floja y no le gustan las materias que debe cursar y por lo tanto da lo mismo, en fin…
Las “garantías” que dice no tener respecto del juez que necesita indagarlo tal vez existan: quizás este ante alguien que no puede garantizarle la impunidad a qué su clase social lo tiene acostumbrado.
Tal vez sea hora de empezar a mostrarle a nuestro querido pueblo aquello que reza la Constitución Nacional: que todos somos iguales ante la ley.

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