Los obispos y su agenda política
El jueves 29 de noviembre, la Iglesia Católica , a través de
sus obispos; presentó su documento navideño. Sí, ese que anualmente emiten
alrededor del 20 de diciembre de cada año. Este año con adelanto…Aunque atrasa…
Su texto articula el pensamiento
de la más rancia derecha en el país, opositora al actual gobierno. Por eso en
esta ocasión me parece amerita detenerse un poco más en su contenido.
La mayor parte del documento
critica o advierte acerca de políticas directa o indirectamente de género,
logradas - o instalado el debate para su logro- merced a la inclaudicable militancia feminista: alerta sobre la
posibilidad de que las mujeres podamos decidir en caso de embarazo, desconoce
el matrimonio igualitario, se oponen a la educación sexual y a la práctica
política en escuelas. De los seis ítems a tener en cuenta, tres de impacto
directo en nuestra causa. Los otros tres, apuntan a la inseguridad en general,
a los temores difusos, y a terror concreto acerca de que la sociedad se divida
por asumir posturas irreconciliables. Que también – como decía, indirectamente
– impactan sobre nuestra causa porque somos parte de las cosas que hay que
temer.
Zaffaroni reconoce el domingo 2
de diciembre, en una entrevista concedida a Tiempo Argentino, la importancia
del movimiento feminista y sus logros. Pero no basta con su reconocimiento
aislado. Creo que todos los que apoyamos este modelo de país debemos asignarles
a estas banderas de lucha el carácter de central que revisten.
Tenemos una derecha muy mal
representada si pensamos en términos de dirigencia. Son una banda de personas
que adhieren por razones muy diversas a una oposición feroz, cuyo único
antecedente en mi memoria fue la Unión
Democrática. Sin embargo, pueden como colectivo articular
demandas, coincidir en seis puntos básicos, que la Iglesia presenta ante la
sociedad pero a los que toda esa gente adhiere.
La porción de la izquierda que
los acompaña tendrá dos caminos: seguir haciéndolo aquellos que creen que
“cuanto peor, mejor”, que se llegará así más pronto al grado cero para que la
revolución arranque. Huir despavoridos los que aún puedan acompañar ese rejunte
de buena fe, aunque ella no los exime de responsabilidad en su incapacidad
analítica.
Y volviendo a la centralidad que
la derecha confiere a estas políticas, podemos repensar los que militamos este
modelo el lugar secundario o contingente – según prefieran nombrarlo – que les
asignamos habitualmente a las políticas de género inspiradas en los reclamos
feministas, tantas veces postergadas para mejor ocasión.
Porque del carácter promotor de
la transformación cultural que perseguimos, nuestro adversario no duda. Y nunca
se debe menospreciar al adversario.
1 comentario:
Maten al adversario. Maten a todos los hombres. Eso es bien progre...
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