martes, 18 de noviembre de 2008

Otro aporte a la falta de credibilidad: las listas de “unidad” del PJ.

Las elecciones pasadas vimos como en muchos distritos dirigentes peronistas se presentaban a elecciones con distintos partidos. Muchos se quejaban de no poder tener “la exclusiva” de la lista de candidatos a presidente y vice, ya que el FPV decidió darle la fórmula a todas las listas “colectoras”.
La justificación de los candidatos era la falta de democracia interna en el partido, la no convocatoria a elecciones internas, la falta de espacios disponibles para los militantes de los distritos que surge de las imposiciones de nación y provincia de incluir en las listas a personas de su confianza pero de poca representatividad en los ámbitos locales.
La sociedad entera se vio obligada a dirimir una interna peronista.
Ahora, “normalizado” el funcionamiento del partido, se decidió llamar a elecciones, a la vez que se exige en los hechos que haya sólo listas de “unidad”.
Esa exigencia desanima la participación a que tanto se convoca porque, a nadie se le escapa, acota los espacios.
Cierra el partido al debate, al análisis y a la propuesta.
Y ante la sociedad genera desconcierto.
Deja sin posible defensa de su gestión, por ejemplo, a funcionarios provinciales que renunciaron porque no están de acuerdo con las políticas del gobernador Scioli, pero que en sus distritos van acompañando en la interna a esas listas de “unidad” en las que el gobernador insertó a su gente, a la que afilió en febrero de 2008 al PJ provincia para que su antigüedad en el padrón les permitiera ser candidatos. La impunidad reinante hace que miembros de la junta electoral expongan ese ilícito por radio, alegremente. Justicia para pocos.
No sé hasta cuándo se seguirá jugando al desgaste y el hartazgo de los peronistas. Hasta cuándo el partido será antropófago y se seguirá comiendo a sus militantes y dirigentes en vez de propiciar todos los debates que nos debemos para lograr vivir en una Patria socialmente justa, económicamente libre, y políticamente soberana.

Prof. Delia Añón Suárez

Sí, lo personal es político.

Hace ya mucho que las feministas dejamos de usar el término “patriarcado” para aludir al gobierno ejercido por ancianos bondadosos. Lo tomamos en sentido crítico para referirnos a la hegemonía masculina - y de lo masculino - en la sociedad como una usurpación.
El análisis, pues, del patriarcado como sistema político cuyo control se extiende a la familia, a las relaciones sexuales y laborales, llevó a que se popularizara la idea de que lo personal es político. Es decir, que ámbitos que el poder se había encargado de diferenciar claramente – el público y el privado – empezaban a tener una estrecha ligazón que obliga a la “esfera pública” a tomar cartas en lo que sucede en la privada.
De este modo, la sociedad a través de sus estados, discursos, medios de comunicación empezó a nombrar y a analizar aquellas situaciones de las que antes ni se hablaban.
Tímidamente, ya podemos apreciar que son cada vez más los periodistas que encuentran en un asesinato de una mujer un patrón cultural que desconoce límites de raza o condición social.
También vemos en diversas publicaciones que se mencionan aspectos de la vida “privada” de las mujeres como causas de, por ejemplo, nuestra desigualdad en el acceso a lugares de toma de decisión.
Podría seguir enumerando todas las evidencias que encontramos a diario que ratifican este principio de toma de conciencia que, sin dudas, pone en jaque al tradicional modo de ejercicio del poder.
Pero a los discursos que van tomando cuerpo hay que seguirlos de cerca para que no desvirtúen las realidades que les dieron origen.
Hoy podemos ver en los medios de comunicación un desenfrenado exhibicionismo de la vida privada de diferentes personas. Presentada a modo de show, usada con el más estricto sentido mercantilista: se ve que a muchos les agrada “consumir” intimidades diversas.
Pero a muchos otros los disgusta y los incomoda. Y salen a decir que “hay que preservar a la esfera privada”. Y creen entonces estar en contra de una de las reivindicaciones más trascendentes para las mujeres.
De este modo, el sistema nuevamente se sale con la suya: por un lado, vende y factura fortunas a todos aquellos dispuestos a consumir vidas privadas. Por otra parte, ridiculiza y vacía de sentido político a nuestro legítimo reclamo.
La mayoría de las mujeres no vamos a “vender” nuestras historias de vida para ayudarle al sistema a incrementar el consumo. Simplemente, sabemos hoy que muchas situaciones personales por las que hemos atravesado no nos pertenecen en exclusiva, son también las experiencias de cientos de miles de mujeres que seguimos exigiendo igualdad de trato.



Prof. Delia Añón Suárez

Carta a la Presidenta del Inadi, María José Lubertino.

Sra. Presidenta del INADI, La Plata, 17-11-08
Dra. María José Lubertino.


-------------S/D--------------




De nuestra mayor consideración:




Las abajo firmantes, integrantes de la Lista Rojo Punzó Nª 77 para la elección interna del PJ La Plata a realizarse el próximo 30-11, nos dirigimos a Ud. a fin de denunciar el no cumplimiento del Cupo Femenino por parte de la Lista 17 de Octubre Nª 17.

Lo hacemos en defensa de los derechos políticos de las mujeres en general, y de las mujeres que integran dicha lista en particular, entendiendo que ellas están inhabilitadas para hacer el reclamo por sí mismas debido a la innegable inferioridad de condiciones en que las mujeres nos encontramos ante el modo de ejercicio del poder vigente que, sin dudas, reproduce constantemente la dominación del patriarcado y la opresión de nuestro sexo.

Pese a los discursos que intentan convencernos de que gozamos de igualdad de oportunidades, queda claro que esto no es así en los hechos, y los organismos competentes como el que Ud. preside deben actuar para garantizar el cumplimiento real y efectivo de las leyes vigentes al respecto.

Todas nosotras conocemos su sólida formación en el tema mujeres, y su compromiso con la problemática que su trayectoria coherente de luchas evidencia.

Por eso es que confiamos en que comprenderá nuestro reclamo de que el organismo a su cargo visibilice este caso y lo ponga en el centro del debate: los hombres integrantes de dicha lista argumentarán que la Carta Orgánica del Partido Justicialista indica que el 30% de los cargos deben ser cubiertos por mujeres, hecho que Ud. verá al analizar la nómina que se cumple. La Carta Orgánica no hace mención de cómo deben distribuirse los lugares asignados por el mencionado Cupo, pero a nadie se le escapa que una Carta Orgánica partidaria no puede contradecir una Ley Nacional y otra Provincial vigentes.

Las situaciones de esta índole que se plantean nos impiden a las mujeres avanzar en nuestro reclamo pendiente de alcanzar la paridad en la representación política, ya que desde la entrada en vigencia de la Ley de Cupos debemos velar por su cumplimiento en cada instancia política que se presenta y reclamar, hasta ahora inútilmente, que se extienda también a la conformación de los cuerpos, y no quede reducida a la presentación de listas.

En la lista que origina nuestro reclamo, Ud. podrá apreciar claramente que la mayoría de mujeres incluidas figuran como suplentes.

Del análisis de las candidaturas para ocupar cargos en el Consejo del Partido, también surge una discriminación sexista: los dos cargos para los que hay propuestas mujeres corresponden a los roles tradicionalmente asignados para los sexos por el patriarcado.

Hay una mujer propuesta para la Secretaría de la Mujer y otra para la de Derechos Humanos.

Bien podrían haber extendido sus prejuicios sexistas acerca de los roles poniendo una mujer en el área de Acción Social, otra en Educación, otra en Discapacidad…

Pero se ve que recurren a los estereotipos sólo en la medida en que no los complique o perjudique.

Entendemos que el acceso pleno al ejercicio de los Derechos Políticos de las mujeres es requisito fundante para que nuestra sociedad pueda avanzar en reclamo de los derechos de otros sectores vulnerados: si las mujeres, que constituimos el 50% de la humanidad, aún no podemos ser reconocidas en los hechos, dudoso destino tendrán los legítimos reclamos de las minorías oprimidas.

La saludamos atentamente,
Repercusiones Mediáticas:

Delia Añón Suárez