Azorada, escucho por radio que el próximo año Néstor Kirchner encabezará la lista de senadores del PJ por la Provincia de Buenos Aires. El periodista acota que no corresponde según lo que dice la Constitución Nacional, pero que igualmente es práctica habitual en el quehacer político.
Y, si… Hago memoria y tuvimos a Ruckauf y a Scioli de candidatos a gobernador, electos sin cumplir con el requisito de residencia.
El 30-11 hubo una “elección interna” en el PJ bonaerense con múltiples violaciones a todas las normas vigentes – de la Constitución Nacional para abajo – y la Justicia Federal no hizo lugar a ningún recurso ni reclamo presentado. La sociedad en general ni se enteró, pero a mí ya la situación me provoca escalofríos.
En la octava sección electoral, hubo que adulterar la fecha de afiliación de un funcionario provincial a fin de que le “dieran” los plazos que indica la carta orgánica del partido para poder ser candidato, hecho que con cómplice picardía expuso ante los medios de comunicación uno de los responsables de la Junta Electoral del PJ provincia. El nivel de impunidad y descaro ya hace que para el común de los oyentes se haga difícil comprender que se trata de un delito.
Cuando las prácticas contrarias a la ley se empiezan a naturalizar, la patria está en riesgo.
“El pueblo no delibera sino a través de sus representantes”, reza nuestra Constitución. Pero sucede que cada vez más ciudadanos sienten que no tienen representantes. Que nos gobierna una casta de sangre azul con derecho hereditario, gente que al sumir empieza a ungir a quienes ocuparán los diferentes espacios. Supongo que poco falta para retomar las ceremonias de coronación, o para que empecemos – tomando las palabras de un senador provincial por La Plata – a tener “emperador” en vez de Intendente; extraño que alguien que sufrió personalmente la supresión de las garantías constitucionales las propicie en esta etapa.
Muchas ingenuas reclamamos en la instancia antes mencionada el incumplimiento con la Ley de Cupos en las listas de “unidad-de-los-que-se-unieron”. Hoy nos reímos de nosotras mismas viendo que en un país que se puede violar la Constitución cuando se está a cargo de Estado, cualquier otra violación reviste carácter menor. Tendremos que cuidarnos solitos los ciudadanos, o cumplir nosotros con el mandato constitucional de defender a la Patria.
Prof. Delia Añón Suárez
Y, si… Hago memoria y tuvimos a Ruckauf y a Scioli de candidatos a gobernador, electos sin cumplir con el requisito de residencia.
El 30-11 hubo una “elección interna” en el PJ bonaerense con múltiples violaciones a todas las normas vigentes – de la Constitución Nacional para abajo – y la Justicia Federal no hizo lugar a ningún recurso ni reclamo presentado. La sociedad en general ni se enteró, pero a mí ya la situación me provoca escalofríos.
En la octava sección electoral, hubo que adulterar la fecha de afiliación de un funcionario provincial a fin de que le “dieran” los plazos que indica la carta orgánica del partido para poder ser candidato, hecho que con cómplice picardía expuso ante los medios de comunicación uno de los responsables de la Junta Electoral del PJ provincia. El nivel de impunidad y descaro ya hace que para el común de los oyentes se haga difícil comprender que se trata de un delito.
Cuando las prácticas contrarias a la ley se empiezan a naturalizar, la patria está en riesgo.
“El pueblo no delibera sino a través de sus representantes”, reza nuestra Constitución. Pero sucede que cada vez más ciudadanos sienten que no tienen representantes. Que nos gobierna una casta de sangre azul con derecho hereditario, gente que al sumir empieza a ungir a quienes ocuparán los diferentes espacios. Supongo que poco falta para retomar las ceremonias de coronación, o para que empecemos – tomando las palabras de un senador provincial por La Plata – a tener “emperador” en vez de Intendente; extraño que alguien que sufrió personalmente la supresión de las garantías constitucionales las propicie en esta etapa.
Muchas ingenuas reclamamos en la instancia antes mencionada el incumplimiento con la Ley de Cupos en las listas de “unidad-de-los-que-se-unieron”. Hoy nos reímos de nosotras mismas viendo que en un país que se puede violar la Constitución cuando se está a cargo de Estado, cualquier otra violación reviste carácter menor. Tendremos que cuidarnos solitos los ciudadanos, o cumplir nosotros con el mandato constitucional de defender a la Patria.
Prof. Delia Añón Suárez
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