Agüer y "Su" Educación sexual.
Si Dios es amor y todos somos sus hijos y como tales nos ama, dudo Monseñor que quiera vernos morir contagiados de pestes.Si Dios creó a la naturaleza y nos dotó de infinitos dones Monseñor, de esa creación nació el instinto de amarnos y gozar de nuestra sexualidad. Y de esos dones maravillosos de que gozamos los humanos –capacidad de creación, invención, inteligencia- seguramente surgió la idea de producir métodos para controlar una reproducción que no es único motor de la sexualidad humana, justamente a raíz de los dones que le menciono, Monseñor. Y para controlar la propagación de enfermedades, Monseñor. ¿O esta usted en desacuerdo con las campañas de vacunación contra enfermedades aunque no se trate de las de transmisión sexual?.Comprendo que considere que la vida y la muerte están en manos de Dios, pero sucede que yo comprendo que también podría entrar en su análisis la posibilidad, por ejemplo, de que Dios haya dotado a alguien para que invente el preservativo, y a otros alguienes para que difundan su uso por el mundo a fin de salvar a sus hijos. En tren de divagar…Tengo entendido, por lo que leo en los medios, Monseñor, que son muchos los miembros de su iglesia que incitan a los niños a mantener relaciones sexuales, pero no entre pares. Lo hacen aprovechándose del poder que les confiere su investidura.Me llama la atención, Monseñor, que esa clase de “educación sexual práctica” no merezca de su parte reflexiones de ningún tipo, menos aún las grandilocuentes de esta semana que pasó.También usted menciona, Monseñor, que la ley que usted objeta no contempla al AMOR como parte del asunto. ¿Su iglesia “ama” a los niños víctimas de pedofilia? ¿Ama a los enfermos, cuando mientras están sanos les prohíbe prevenirse? ¿Ama a las familias que tienen más hijos de los que puede mantener porque Su Dios “se los manda”? ¿Aman ustedes a los niñas que prostituye la televisión capitalista que sí los incita a una sexualidad no sólo prematura sino también degradante? Porque nunca lo escuché hablar de eso, Monseñor. Al menos públicamente, que es a lo que puedo acceder.Sabe que, Monseñor, releyendo sus declaraciones veo que usa usted una terminología que tiene más que ver con operación política que con defensa de la niñez. Resucita usted, Monseñor, el miedo al cuco del Marxismo, tildando al material formativo que usted analiza de neomarxista. Igual, en este contexto mundial, Monseñor, no creo que alguien pueda entender miedo a qué nos quiere hacer tener.De todos modos, Monseñor, lo que sí queda claro es que usted repite la expresión “imposición totalitaria” que está tan de moda en la oposición al gobierno que votamos los argentinos. Algunos aluden a ella con relación al campo, otros con relación al funcionamiento del poder judicial, otros lo hacen con relación al del congreso… Pero todos ustedes coinciden en la extraña idea de que vivimos bajo un régimen totalitario.Extraña, digo, Monseñor, porque nunca pensé que un país gobernado por alguien que obtuvo más del 40% de los votos pueda definirse como víctima de un régimen totalitario.Sí me resulta autoritario, Monseñor, el intento de una de las iglesias que existen en nuestra Patria por imponer y exigir un modelo de educación que nos involucre a todas.Atentamente, Monseñor.
1 comentario:
Es un trolo reprimido desde su infancia. Por eso ahora es un traba reprimido en la madurez, consiguió ser un facho reaccionario con polleras.
Publicar un comentario