martes, 2 de junio de 2009

Nena queda mucho por andar…

Top informativo de las cuatro y media el viernes pasado. Las noticias, como siempre, como desde siempre, presentadas en forma aislada como si se tratara de cuestiones que no tienen relación.

La primera “noticia” son las declaraciones del cardenal Antonio Cañizares, una de las principales personalidades del Vaticano, afirmando que "no es comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios", refiriéndose al abuso sexual y la pedofilia; con “millones de vidas destruidas por el aborto". Aclaró que los abusos “son condenables” pero que afectan a menos niños que el aborto; para rematar con otra genialidad: "quitarle la vida a uno es más grave que originarle unos traumas".

Espeluznante, tanto como los comentarios cero por parte de quienes difundieron la noticia. Más tarde sí pude escuchar algunas reflexiones acerca del tema, pero todas centradas en los niños. Las mujeres, olvidadas como siempre. Y al final, la cosa se reduce a una pregunta sencilla: ¿creen la Iglesia, los conservadores y la derecha que una mujer que tiene que abortar debe ir a la cárcel o no?

Porque a simple vista, parece que lo dicho fuera una contraofensiva amenazante: si los abusadores terminarán presos, las mujeres que abortan también.

Y que quede claro que considero loable que se hayan empezado a preocupar por los niños, pero no me resulta creíble en una sociedad que consume pornografía infantil o apoya programas como el de Tinelli en el que niños y niñas se ven expuestos a “lucirse” en vestimentas que nada tienen que ver con los intereses de su edad, y a moverse con una sensualidad patética copiada del modelo de seducción adulto y patriarcal.

Segunda noticia. En la página del Arzobispado de Madrid apareció un artículo del jefe de redacción, Ricardo Benjumea, titulado "La violación, ¿fuera del Código penal?". El autor afirma que "cuando se banaliza el sexo, se disocia de la procreación y se desvincula del matrimonio, deja de tener sentido la consideración de la violación como delito penal".
Otra genialidad que desarrolla sugiriendo que la mujer violada tiene el mismo derecho a denunciar que cualquier otra persona que ha sido “forzada” a divertirse. Más allá de lo desopilante del planteo, que genera risa en primera instancia, es abrumador ver como va por el mismo camino que la noticia anterior: el tema en cuestión que desvela a la Iglesia es la cantidad de hombres que pueden ir presos por “culpa” de las mujeres. Y acá se conectan con el discurso medieval de la “falta de virtud y decoro” de las mujeres, y su consiguiente capacidad de “hacer el mal”.
Y para el postre, la municipalidad de Santa Rosa emitió una ordenanza con el objetivo de combatir la trata de personas para explotación sexual: prohibió el funcionamiento de whiskerías y cabarets en toda la ciudad. También genera risa el escuchar que recién caen en la cuenta de que en realidad estos “negocios” son pantallas de prostíbulos. Y aclaran que desean ponerse a tiro con la legislación nacional que prohíbe el proxenetismo.
Pretender acallar la voz de la conciencia con este tipo de medidas me parece que ofende a nuestra inteligencia. Esos locales, sabemos, funcionarán de todos modos no sé dónde ni bajo que figura que crearán ad-hoc. Y el unificar criterios con la legislación nacional vigente ratifica que lo que hacen no va al fondo de la cuestión: uno puede abrir cualquier diario de cualquier punto del país y encontrarse no sólo con direcciones de prostíbulos, sino también con fotos de la “mercadería” que ofrecen. Miles y miles de mujeres a las que una sociedad prostituyente obliga a subsistir e fuerza de ser violentadas y humilladas.
Como decía aquel rock, nenas…queda mucho por andar.

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